El Ayuntamiento de Móstoles acaba de habilitar un teléfono para asistencia psicológica para los afectados por el estrés de estar encerrados. Mis padres de momento no lo van a necesitar, y mira que me gustaría… Tengo un hijo sano de 20 años y se queda en casa sin protestar. Y tengo unos padres de setentaytantos años y con enfermedad respiratoria y están ¡empeñados en salir! No conseguimos convencerlos. Estamos a punto de pasar al escenario 3…
El escenario 3 es el de
—¿Policía local de Getafe?
—Sí, dígame…
—Mire, veo cada día a una pareja mayor y muy bien avenida que no se queda en casa… Tienen peligro de enfermar, pero ellos no parecen verlo. ¿Pueden ir a multarlos? Manden a su mejor negociador, porque me parece que ella tiene labia y buen humor y lo convencerá o por lo menos le generará duda.

El escenario 1 fue el de:
—Quedaos en casa. Si yo tuviera vuestra edad, me preocuparía. El corona puede acabar con vosotros.
—Que sea lo que tenga que ser —dijo mi padre, habitualmente pesimista y aprensivo.
—Yo creo que no lo vamos a coger —dijo mi madre, superviviente de un tumor y una traqueotomía con complicaciones. A ella no le va a achantar un virus ni llegado de la mismísima China…
Entonces era sábado prealarma y vale que no se hubieran enterado de que el paseo por el campo también estaba contraindicado.
Pero este lunes salieron al podólogo. Bueno, ella fue al podólogo, y mi padre, detrás, y se desvió a por el pan.
—Pero, mamá, ¿de verdad no podías esperar?
—Me dolía. Me llamaron de la clínica y les pregunté si debía ir y me dijeron que hiciera lo que quisiera —y fue que sí.
El escenario 2 fue ayer noche:
—Mamá, ¿te das cuenta de que nos vamos a quedar media España sin trabajo para que vosotros viváis unos años más y vosotros estáis de garbeo?
—Que vale, que ya no voy a salir…
—Mamá, que te vamos a mandar a la policía de Getafe.
—No, hombre, cómo vais a hacer eso.
La verdad es que me generan ternura y algo de pena: que les pase algo, regañarlos (a mis 50 años)… No sé si te está pasando algo similar.
Por cierto, entre tanto, nosotros tenemos a nuestros hijos en casa, eh. Dani, de 4, hoy lleva la cazadora puesta desde por la mañana (de entretiempo, por suerte), y la moto sobrecargada de batería, por si aca. Nada. Vera, de 7, ha llenado la casa de arcoiris y ahora está tocando las castañuelas con las clases online que le han mandado desde su escuela de baile. A Javi, de 10, le encantan las pantallas, y tiene a la familia inundada de stickers. Y el mayor, Álex, pues, está haciéndose un especialista en cine negro.
Quedan 13 diítas de confinamiento. O alguno más, quién sabe. En casa hay zumba matinal, hemos hecho bizcocho, palmeritas de choco y natillas, hemos sacado la playstation de 2014…
Por cierto, el teléfono de atención de urgencia psicológica habilitado por el Ayuntamiento de Móstoles es el 636 100 692. Y funcionará de 9.00 a 14.00.
Envía un comentario