Que la diversión de ir de piscineo no termine en disgusto y extravío. De eso se ocupa la Policía Municipal de Móstoles este verano. Objetivo: “Evitar conductas asociales que impidan a los usuarios disfrutar de las instalaciones”. Y luego están los excrementos en la vía pública…
El refuerzo policial de los espacios más concurridos consigue “prevenir y evitar infracciones o conductas asociales que afecten a la convivencias ciudadana”, ha dicho la alcaldesa, Noelia Posse, que ha comprobado el operativo en la piscina pública de Villafontana.
La intención es “reforzar la sensación de seguridad de los usuarios” con su presencia. “Queremos evitar que se perturbe tanto la seguridad sanitaria como la convivencia en estos espacios públicos”.
Durante los siete días de la semana, agentes patrullan las piscinas de Villafontana y Andrés Torrejón, para que los descuideros no se aprovechen, ni que los ventajistas se cuelen, que los hay.
El otro foco policial de trabajo veraniego se refiere a los excrementos de los perros. La alcaldesa dice que la limpieza de las cacas que los dueños de perros dejan en la calle cuesta a las arcas públicas casi 400.000 euros. En aceras, bordillos y alcorques. Dejar las cacas sin recoger puede acarrear sanciones de hasta 300 euros.
