En general, no se le da la importancia debida. Para conducir un automóvil, lo normal es recibir un curso teórico-práctico, aprobar un examen también teórico-práctico y, de ser apto, seguir aprendiendo día a día, sin dejar de hacerlo nunca.
Considero tan importante y necesario o más, saber tratar con un perro. Para los que no han filtrado la realidad y la ficción de las maravillosas películas de Walt Disney, entre otros, el trato con el perro en su mayoría es una confusión.

Tampoco aprenderán realmente a tener perro los que crean que la “universidad del parque” es la solución. Esos parques que nos dan la oportunidad de reunirnos con personas y perros pueden ser un sitio maravilloso en cuanto a la relación social, juegos y ejercicio, pero hay demasiados compañeros de perros que enseñan lo que no saben, algo que por desgracia se hace mucho en facetas de la vida cotidiana y social. La gravedad de esto, depende de la estabilidad o inestabilidad de la convivencia coherente con nuestro perro.
A partir de que voluntariamente hemos adquirido un perro como compañero, con la idea de prestarnos un servicio aunque solo sea el afectivo, somos los responsables de sus necesidades y obligaciones. Sus necesidades emocionales son tan importantes y necesarias o más que las físicas.
Pensando en su calidad de vida a largo plazo, necesitan nutrición de calidad.
Evacuar según su necesidad, y no cuando nosotros decidimos.
Los cuidados sanitarios no deben ser solo en momentos puntuales, es necesario un chequeo veterinario responsable al año.
Higiene rigurosa, regular y constante. Cepillado de la piel y el pelo, dientes, limpieza de oídos, ojos, uñas (si fuera necesario, cortadas por un experto), prepucio, vulva, ano…
Ejercicio suficiente. Muchas personas están convencidas de que el ejercicio que permiten hacer a sus perros es suficiente, sin embargo, en la mayor parte de casos, es insuficiente o muy insuficiente. Combina ejercicios activos, monótonos e interactivos.
Comportamiento y adaptación social. Adiestrar, educar y aplicar terapias de comportamiento si fuera necesario. Tener en cuenta que el que es nuestro ámbito social, tiene que convertirse en el suyo de forma artificial.
Para su estabilidad es imprescindible que entiendan que tienen un lugar propio y exclusivo de retiro y descanso, aunque solamente sea puntualmente y por su propia elección, sin nadie que le moleste, con el menor ruido posible, sin corrientes de aire…
Trato coherente y armónico con relación a su temperamento y carácter, su “forma de ser”. Tener en cuenta que el perro es un ser maravilloso, inteligente, digno y cercano, pero es PERRO. En sí, es demasiado importante para sustituir a alguien o algo.
Tiene que estar protegido y ser querido por su “manada humana”, además tiene que sentirlo.
Javier Moreno, adiestrador
*Recomienda: “El Choque de Culturas” de Jean Donaldson y “Un Cachorro en Casa” de Ian Dunbar, ambos de la Editorial KNS.
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